CARTA A VOSTROS 🐶 NUESTROS PERROS, NUESTROS MEJOTES AMIGOS Y COMPAÑEROS DE VIDA
Porque una vez más nos demostráis que en muchas ocasiones no os merecemos. Nos aguantáis pase lo que pase.
Hoy hacemos una reflexión interna. Tal vez no estéis de acuerdo pero creemos que muchos de vosotros, amantes de los animales como nosotros, os veréis reflejados.
Hoy queremos hacer una autocrítica sobre el tiempo y el valor que les damos. Nos pasamos la vida planeando el futuro y viendo las cosas negativas del presente y, mientras tanto, nos pasan los días volando. Y es que está claro que hay que ver los aspectos negativos para poder mejorar y avanzar, pero a veces nos perdemos todo lo bueno que tenemos delante.
Y allí entráis vosotros, queridos amigos. Perdón, nuestros mejores amigos. Nuestros ángeles de cuatro patas, los perros.
Desde que llegáis os exigimos una rápida adaptación a nuestra especie, muchas veces confinada en pisos y aguantado nuestras jornadas laborables interminables. Pero os acogemos porque necesitamos, o queremos daros, cariño sin darnos cuenta de que es a cambio de muy poco…
Nos aceptáis y encima os metemos prisa por todo. Prisas en el control de vuestro cuerpo, enfadándonos porque hacéis pipi en un piso ¡cuando aún no sois capaces de poderlo controlar! Prisas exigiéndoos cosas que os deben parecer absurdas, regañándoos porque mordéis un mueble… (si… si… un trozo de madera), o porque ladráis, o porque coméis algo de la calle ( algo que es lógico, ya que para vosotros no es más que comida, allí sin más, abandonada…) Sin embargo muchas veces no nos preocupamos de cuales son vuestras necesidades … y si lo hacemos, en algunas ocasiones no acertamos.
Os confesamos que no lo hacemos con mala intención. Al parecer estamos programados para ver aquello que debemos ser en el futuro y corregir nuestro rumbo, pero queridos amigos peludines, sabemos que sois perfectos pero ¡no lo podemos evitar! Y es que muchas veces las cosas mejorarían si planteáramos las situaciones desde otra perspectiva: ¿Qué os hacemos o damos nosotros para exigiros tanto?
El tiempo, además, nos juega malas pasadas. Porque cuando nos damos cuenta (y a base de deciros que no nos gustan las cosas…) os adaptáis a nosotros, los humanos. Pero para entonces ya habéis dejado de ser cachorros. Entráis en fase adolescente, la cual todos y cada uno de nosotros hemos pasado (y que nuestros padres seguramente lo recordarán como un mal sueño… ) Pero entonces ahí estamos nosotros para volveros a corregir y a decepcionaros de nuevo. Vosotros queréis explorar por vuestra cuenta y en ocasiones nos retáis, lo cual demuestra mucha inteligencia por vuestra parte y por eso nos sentimos orgullosos cuando hablamos de vosotros, nuestros mejores amigos. Pero mientras tanto nos es un quebradero de cabeza y ya estamos de nuevo intentando cambiar la situación… ¡Y luego pasa! y pasáis a ser ese perro tan adaptado a nosotros u os vais adaptando a nuestra vida y a nuestros cambios fácilmente.
Un perro que nos da desde el primer momento cariño incondicional aunque le riñamos o nos enfademos por razones que no entiende. Nosotros os exigimos siempre, incluso de más, y a cambio os damos mimitos (¡eso esperamos que hagáis todos!) Y aunque también muchas veces intentamos trabajar y hacer cosas con vosotros y por vosotros (¡más os vale también!), aun así ¡no tenéis realmente lo que os merecéis!
Gracias, porque estos días de confinamiento una vez más demostráis que sois mejores que nosotros, adaptables y ¡siempre con un movimiento de cola o unos lametones listos para darnos ese amor que tanto desprendéis! ¡Siempre alegres!
Y es que el tiempo vuela y vosotros también. A la que nos damos cuenta llega vuestra partida, algo que hace que nuestro corazón se reduzca y no se cure jamás, pero en nuestras cabezas estáis y el “y si hubiera…” también. Jamás nos deja…
Así pues ojalá podamos aprender a disfrutar como lo hacéis vosotros. Intentar ser más comprensivos y pacientes, ya que vosotros hacéis el gran esfuerzo para adaptaros a nosotros, y a la vez aprender que para exigir, debemos dar.
¡Deberíamos valorar las cosas positivas del presente, compartirlas alegremente junto a vosotros y devolveros en cada momento esa alegría y cariño que tanto nos dais! ¡Porque sin vosotros todo tiene menos sentido!
Después de todo nuestro perro no es nuestro mejor amigo, es más que eso. Es nuestro compañero de vida.